De niña me mecía en un columpio
en el patio de mi casa, al atardecer
El cielo morado se iba poniendo serio
como los ángeles, como los ángeles.
Ángel de la iglesia que asomaba sobre el techo
Solo estando bien arriba lo podías ver
Los brazos cruzados, fruncía el ceño gris
de dios que no le gustan las visitas
Espacio invadido, torre de Babel
Cemento transgredido, alérgico a mi piel
y yo
empujando duro, reclamando espacio
Cada músculo hace fuerza, para levantar mi cuerpo
Yo como un péndulo
Cuerpo que se mece
Ser que se resiste al equilibrio
que poner los pies en tierra suele ser
tan aburrido.
De niña me mecía en un columpio
un columpio del que nunca me logré bajar
El cielo morado se iba poniendo serio.
Tomando en cuenta esta inversión
Tomando en cuenta la devaluación
Con todo y trámite presupuestal
no queda claro cual indicador social
me hará un 6% más feliz.
Tomando tantas tazas de interés
Plenarios en noches hábiles
Punto de quiebre, habría que aplicar
medidas para asegurar
ese 6% más feliz.
Una ronda de aplausos que celebre tu discurso
Son los bombos y platillos del circo en curso.
Tu jerga impacta, mm, tu análisis
La ciencia exacta de tu traje gris
¿En qué precario y en cuál ciudad,
a qué indigente te atreviste a preguntar
si es un 6% más feliz?
Una ronda de aplausos que celebre este culto al
hechicero moderno de lenguaje oculto
Una ronda de aplausos que celebre tu discurso
Son los bombos y platillos del circo en curso, del circo en curso.
Si despiertas, y no estoy aquí
verás que dejé mi abrigo
mi reloj, mis zapatos también
y sabrás que estoy de regreso.
Hombre astuto, si no estoy aquí
te acurrucarás tranquilo
Sonreirás, que no existe poción mágica
ni afrodisíaco
contrato implícito, ni llave mística
más fuerte que la libertad.
Cabeza en la arena
No sé si es que no quieres ver, o intentas desaparecer
Si no fuera tan triste
sería más bien cómica tu pose de contorsionista
No sobra decirte
que estás jugando de avestruz, huyendo a toda costa de la luz
y tan cansada
tu mente amordazada en un rincón.
Y con qué destreza entierras la cabeza
Con qué costumbre amarras la tristeza
Con qué cadena alargas tu condena
Con qué arsenal de miedo te proteges de la pena.
Ave corredora
recuerdo el viento en tu plumaje, tu velocidad salvaje
Recuerdo tu risa
y quiero verte erguida y alta como eras, me haces falta
¿Quién eres ahora?
Sumisa y quieta en este rol, devota fiel del autogol
El fuego que retienes
se vuelve en tu contra
consume tu mirada
te va quemando el alma, y no lo ves.
Y con qué detreza...
Coleccionaba cartas y monedas, estampillas y sombreros
acetatos y floreros, bolas de ping-pong
Coleccionaba anteojos y periódicos, y libros esotéricos
y ranas de peluche en cajas de cartón
Coleccionaba deudas y recuerdos, y pastillas y remedios
artefactos de cocina, ollas de presión
Y cada vez que ya no le cabía en su casa iba a la mía, y
me llenaba los pasillos con su colección.
Ay, mi amor, qué hago con
tu pasado, tu obsesión.
Coleccionaba afiches enmarcados, todos bien autografiados
de sus héroes de las series de televisión
Coleccionaba hierbas aromáticas, recetas homeopáticas
candelas que estimulan la meditación
Coleccionaba tuercas y neumáticos, y cajas de zapatos y
pedazos de motor y llantas de camión
Coleccionaba espejos, catalejos, moralejas y complejos
ceniceros, calendarios, era una adicción
Ay, mi amor.
Coleccionaba listas incontables de ancestros improbables
y botellas retornables en un estañón
Coleccionaba diarios y catálogos, alfombras orientales
telescopios que cubrían el techo y el balcón
Pero de todo esto que cuidaba lo que más atesoraba
era el mueble en que guardaba su desilusión:
Clasificaba en seis comapartimientos todos sus resentimientos
protegidos, empacados en estereofón
Ay, mi amor, qué hago con
tu pasado, tu obsesión.
Y un día que amanecí entre fotos viejas, papelitos y tarjetas
su pasado me cortaba la respiración
Le dije, amor, no hay campo en tu vida, voy buscando la salida, y
lo dejé allí rumiando mi explicación
No bien había salido por la puerta, más liviana y menos muerta
que sacó un cuaderno viejo de algún rincón
y con su letra lenta y detallista, me agregó a su larga lista
de mujeres desquiciadas y sin corazón
Ay, mi amor, qué hago con
tu pasado, tu obsesión.
Tiene nombre y apellido, tiene voz y tiene oído
y amenaza con hacerme feliz
Me enternece la propuesta, por sencilla, por honesta
casi ingenua, tratándose de mí
Y sabe bien que todavía anda tu alma por la mía
que tu nombre aún me quiebra la voz
No se da por aludido, claramente ha entendido
que su piel a diario va desdibujando tu fantasma
Y lo voy a dejar encenderme los ojos
calentarme los pies, y abrir mis cerrojos
Permitirle que me desordene la vida
sin temer el final, sin temer la caída.
Ya no soy la desvalida, la Penélope sufrida
tu Julieta, muriendo de amor
Son leyendas torturadas, con sus mártires cansadas
confundiendo intensidad con dolor
Y si es romanticismo ese lanzarse al abismo
muchas gracias, prefiero la paz
de amarlo diariamente, sin la frase “para siempre”
compartiendo lo que somos, lo divino y los demonios
Y lo voy a dejar encenderme los ojos…
En paz con su dios, termina de instalar
los nuevos parlantes de su televisor
Pantalla gigante en el piso alfombrado
cita el manual, cita el texto sagrado, es un
hombre en paz con su dios
siguiendo las reglas al pie de la letra, es un
hombre en paz con su dios, amén.
En paz con su dios, devuelto a su país
moneda a cambio de restos enemigos
En silla de ruedas, un torso confuso
¿Cuántos mató esa bomba que puso? Es un
hombre en paz con su dios
siguiendo las reglas al pie de la letra, es un
hombre en paz con su dios, amén.
Dios, somos los elegidos
Dios, somos los perseguidos
Dios, somos tus preferidos
Tenemos la verdad, tenemos la verdad
En paz con su dios, acaba de firmar
la última encíclica para reforzar
la culpa de las que no quieren más niños
tanta miseria con los que parimos, un
hombre en paz con su dios
siguiendo las reglas al pie de la letra, es un
hombre en paz con su dios, amén.
En paz con su dios, descansa el general
Las urnas rodaron, los votos se quemaron
“Lo que este país necesita es mano fuerte”
Patria lavada con sangre y con muerte, es un
hombre en paz con su dios
siguiendo las reglas al pie de la letra, es un
hombre en paz con su dios, amén.
Dios, somos los elegidos
Dios, somos los perseguidos
Dios, somos tus preferidos
Tenemos la verdad
Amén, amén, amén.
Vos que nos das sol cuando alistamos el paraguas
Un paracaídas cuando ibamos a pie
Vos un maremoto en lugar del desayuno
Vos agua de pipa a la hora del café
Vos con más preguntas donde todo estaba claro
Vos la cuerda floja, vos la cuerda de saltar
Todos los colores de las frutas del mercado
Vos una factura sin pagar.
Vos irreverente ante las reglas de la noche
Vistes de celeste y te dedicas a bailar
Vos un borde alegre, vos un borde de tristeza
Pasas poco tiempo suspendida en la mitad
Vos en el suspenso de una ola inmensa y quieta
Vos en el rugido cuando estalla contra el mar
Vos un nacimiento en medio campo de batalla
Vos reloj de arena sin cristal.
Vida, que te ríes de la razón
cambia de lugar las gradas, córrenos el escalón
que sólo nos urge que, de cuándo en vez
te burles de nuestra resignación.
Vos desesperante en tu silencio obstinado
Un lenguaje oculto a nuestra torre de Babel
Juegas de sencilla, y es un juego complicado
Cartas en la manga, y debajo del mantel
Vos con el misterio del final de la novela
preso entre los labios, y nos toca adivinar
Vos que deletreás en otro idioma la justicia
Vos reina descalza del azar.
Vida, que te ríes...
Cuando no sepas encontrarte entre tu piel
Cuando las horas no prometan más que ayer
y no haya dónde regresar
Justo allí, yo te estaré esperando
Te estaré esperando en algún lugar.
Cuando tu mente se oscurezca en confusión
y te traicione hasta tu cuerpo y tu oración
Cuando las aguas suban más
Justo allí, yo te estaré esperando
Te estaré esperando en algún lugar.
Tanto peso de tus sueños muertos, tanto navegar sin rumbo, navegar sin puerto
Habrá agua que te llueva, viento que te lleve, sombra en tu desierto
Cuando el camino acabe antes de llegar
y no te queden fuerzas ni para llorar
Cuando no des un paso más
Justo allí, yo te estaré esperando
Te estaré esperando cuando
anheles descansar el corazón
me irás a encontrar.
Era mediodía, yo esperaba en una fila
para pagar la luz, el agua y el teléfono
La insignificancia de esa hora de mi vida
se transformó, cuando paraste en el semáforo
Ibas apurado con la vista en el reloj
sin calcular atrasos de corte mecánico
y te varaste a media cuadra
y te bajaste maldiciendo
desde el agua hasta el aceite, histérico.
El humarascal de ese motor no te dejaba
ver el problema de algún modo sistemático
Ya cuando te vi tirarte al suelo bajo el carro
me acerqué, para ofrecerte mi periódico
“No vaya a ensuciarse”, balbucié con timidez
no sin sentirme algo metiche y estúpida
y me miraste, y fue poesía
y sonreíste, y el destino hizo
piruetas locas en mi estómago.
Y el carro se fue con la grúa
y el miedo se fue con tus ojos
tus ojos se fueron quedando en mí.
No volví a la fila, y no llegaste a tu trabajo
y recurriendo al eficaz transporte público
desaparecimos esa tarde y muchas otras
para probar que lo casual puede ser mágico
Minucioso estudio sin agenda y sin reloj
nos dedicamos a brincarnos la retórica
y comprobando la teoría
verificamos la textura de ese
buen amor piromaníaco.
Y el carro se fue con la grúa
y el miedo se fue con tus ojos
tus ojos se fueron quedando en mí, en mí.
Hombre que me ocurres, hombre ocurrencia
Hombre que sucedes en mitad de tanta ausencia
Hombre lujo, lazo, lápida, liberación
Hombre dicha, duda, hombre mi contradicción.
Hombre que me tienes sin querer tenerme
Hombre que te pierdes sin querer perderme
Hombre mi cometa, mi canción
mi seducción, mi papalote
Solo vuelas si estás lejos.
Nadie había logrado que me mienta tanto
Férrea necedad, ésta adicción a tus encantos
Es mi propia llave que pasa el cerrojo
Son mis propias manos las que me tapan los ojos, ay
Hombre, que me cansan todos mis reproches
Hombre más presente en mi cabeza que en mis noches
Hombre sombra, es mediodía y hoy me toca a mí
ser papalote
Sólo vuelo si estás lejos
Sólo vuelo si estás lejos
Sólo vuelo si estás lejos.
Se busca enemigo
que sea un ejemplo de todos los males, se busca enemigo
Se busca un culpable
algún pobre diablo de malos modales, se busca un culpable
Poder estrenar nuestras armas mortales
y unirnos en altos principios morales
Se busca con prisa
que hay que alimentar los dragones de guerra, se busca enemigo.
El Cabo Fernández
murió como un héroe, si fué es porque quiso su ciudadanía
Será retribuido
será el premio póstumo a su sacrificio buscando al malvado
al satanizado por todos los flancos
Con un fondo negro nos vemos más blancos
Se paga el precio
que aquí sólo hay víctimas colaterales, y son desiguales.
Se busca un villano
y se gloriica el terror, si es patriótico antiterrorismo
Le urge al imperio
su definición de el bien y del mal, aunque sean lo mismo
para amortiguar sus rencillas internas
para expiar estas culpas modernas
Cualquier voluntario
que quiera ofrecerse a esta noble tarea, se busca enemigo.
Aquí arriba
cuarenta pisos sobre el nivel del mar de asfalto que no mira, arriba
es hora de almuerzo en esta construcción
es mediodía.
Sentados todos
en fila en esta viga de acero en medio cielo que no mira, arriba
Las botas que nos cuelgan en la inmensidad
Si quieres, traje fruta, convidáme de tu pan
Y dame fuego, te paso el agua
No te resbales, la tierra jala
En este cielo sigue el trabajo
Mezclamos fragua que cimienta nuestra condición
de pájaros sin alas.
Entre bocados
te cuento que anoche me soñé con trampolines y con redes, con redes
Me miras y sonríes, compasivo y burlón
“Guindáte de tus sueños, si te sirve la ilusión”
Y dame fuego...
...de magos sin palabra.
Aquí arriba los reflejos que te tira el sol son mágicos, pero enceguecen
Aquí arriba si mirás hacia la tierra es un imán
Aquí la clave está en saber que el viento existe, y no paralizarse
Aquí si miras hacia el cielo implorando salvación
perdés el equilibrio y la razón
Y dame fuego...
...de ángeles mortales.
No salen conejos de este sombrero
No, no hace caso de mi conjuro
Yo, yo me concentro, pruebo de nuevo
No, no pasa nada con este sombrero.
El lunes el sombrero fue a dar a una esquina
Y yo me fui a emborrachar, jurando que me daba igual, que me daba igual
El martes lo junté del suelo y le pedí disculpas
Que reconozca la virtud del cambio en mi actitud.
No salen conejos...
El miércoles no quise levantarme de la cama
¿Por qué me pasa esto a mí? Yo no merezco algo así, algo así
el jueves hice listas rebuscando algún culpable
segura de ser víctima, conspiración maléfica.
No salen conejos...
Después de haber pasado por el llanto y por la rabia
El viernes vi con claridad: la magia está en otro lugar
El sábado el sombrero se quedó en el perchero
Y hoy suelto esta obsesión, domingo de resurrección.
No salen conejos de este sombrero
Pero tiene felpa suave y oscura
Muy de vez en cuando, yo me lo pongo
Ya sin esperar aparición alguna.