No has cambiado nada
desde tu risa hasta tu forma de escuchar
Los mismos gestos iluminando tantas frases por terminar.
Dichas y angustias
como inevitables síntomas de amar
con la mirada abierta a todo
y el corazón, echó a volar.
Háblame del tiempo, de las tardes, de aguacero interminable
como aquellos sueños entre tazas de café
Háblame de cosas que has logrado, de lo que te ha costado
Cómo pasa el tiempo; háblame.
¿Cómo ves tu vida? ¿Sentís que estás donde soñabas con estar?
¿O será que el paso de tantos años nos diluye en conformidad?
Cuando cae la noche, y quedas con el tiempo para repasar
arrepentíte solo de aquello que no te atreviste a probar.
Háblame del tiempo...
Reconóceme, traigo tu primer sonrojo en un bolsillo grande, aquí
Traigo tu niñez de arbol de mango dentro de un espejo
Lo puedes ver si quieres; si es que quieres.
Reconóceme, traigo el mundo en una cuadra, en una pulpería de
grandes frascos llenos de colores; venden dos por cinco
Lo puedes ver si quieres; si es que quieres.
Reconóceme, en tu carcajada más sentida
en días así, de verano tibio.
Reconóceme, cuando te sueltas el pelo sobre la almohada y sueñas
cosas irrecordables, pero que hacen que amanezcas nuevo, y
las puedes ver si quieres; si es que quieres.
Reconóceme, en tu carcajada más sentida
en días así, de verano tibio.
Reconóceme, traigo tu primer sonrojo en un bolsillo grande, aquí
Traigo tu niñez de arbol de mango, dentro de un espejo, y
lo puedes ver si quieres, si es que quieres.
Dame las reglas del juego, esas que rigen tus pasos
Díctame el código entero; déjame hacerlo pedazos
Esta rutina encarnada, esto de hacerme la muda
Las somnolientas costumbres hay que sacarlas al sol.
Pídeme un orden estricto, planes a todos los plazos
Un gran semáforo en rojo que estabilice mis pasos, no
No puedo dictar sentencias; tal vez no sé lo que quiero
Esta ansiedad de encontrarme hay que sacarla al sol.
Porque aun le falta horno a mi arcilla; caminante eterna en busca de Dios
o algo que me sacie un hambre interna, o algo que me haga pertenecer
Puedo amarte hasta el último gesto; puedo escuchar, y hacerte reír
pero si esperabas a alguien perfecto, házmelo saber, y dejame ir.
Una campana gigante se me estremece en el pecho
todo un escándalo rojo lucha por sobrevivir.
Pido una mano constante, que me ayude a sonarla
Quiero que suene a un abrazo, a los que pueda alcanzar.
Si hay una llama asfixiada bajo prudentes cobijas
¿Dónde quedó nuestro canto? No queda más por decir, no
No puedo quedarme quieta, y no es cuestión de escapar
Si esta canción me habita, hay que dejarla volar.
Porque aún la falta horno a mi arcilla...
Muñeca de cuerda, camina y sonríe
al ritmo de una canción escrita.
Reacción preparada, ideal programada
Carita pintada en toda ocasión.
Es tan conveniente ser tan complaciente
carece de opinión alguna
Solo sabe suspirar en el momento propicio
Solo sabe estar de acuerdo con él.
Y un bus con nombre de mujer pintado en el costado
te llevará de vuelta a tu cajón.
Hay siete recetas bordadas en oro
Hay manchas de miedo azúl pintadas
En la esquina del armario de la cocina
hay un grito empapelado de gris.
Y al lado izquierdo del cuarto florero
está su trofeo más preciado
El retrato de ese día en que culminó su vida
vestida de blanco hasta los pies.
Y un bus...
Sueños de alas, brisa sobre mi piel
Alzo vuelo, y puedo ver
luces en la montaña, siluetas de monstruos míos
huellas, marcas; fósiles del ayer.
Sueños de luna llena, magia de noche, magia de velas
Sueños de lunas nuevas; nuevos los sueños, nuevas las alas
nuevas las ganas de volar.
Sueños de agua, vasta profundidad
Vientre oscuro de humanidad
Temores apuñados, siluetas de monstruos míos
Subo, salgo, vuevo a respirar.
Sueños de luna llena…
Si cambian los colores de todas las banderas
Si el ritmo de estos tiempos se acelera
Y si se deshoja al viento tu más preciado credo
quedándose en nostálgicos recuerdos
Si detrás de cada guerra vienen cuatro más
sin contar aquellas nuestras, cotidianas
Si mañana amaneces buscando algo de paz
Tierra firme, tierra firme.
Mi amor, son días de cambio, un suelo de arena
de arena movediza, y hoy precisa reencontrar una canción
de días ardientes, de ríos de gente
buscando tierra firme, buscando tierra firme.
Después de los discursos, después de las promesas
te sientas a mirar los resultados
y tal vez son más creíbles los héroes en la calle
que saben todavía ser humanos
Si por cada uno de ellos queda una razón
de mirar con buena cara hacia mañana
voy remando a tu lado, tenemos que encontrar
Tierra firme, tierra firme.
Mi amor, son días de cambio, un suelo de arena
de arena movediza, y hoy precisa reencontrar una canción
de días ardientes, de ríos de gente
buscando tierra firme, buscando tierra firme
buscando, buscando, buscando tierra firme.
Vida mía, se han robado el futuro
Llóralo, al que nunca vendrá
La prolongación de mi risa
La continuidad de tu piel morena.
Venenoso enemigo en el aire
Símbolo sin forma ni color
de una repetida codicia
de esa que le arranca a la tierra vida.
Y le están poniendo un precio al vacío de este vientre
asignándole una suma al dolor
como si se comprara el silencio
de una casa vacía.
Duérmase mi niño en los brazos de mi amor
mi imaginación
como si se comprara el silencio
de una cuna vacía
Vida mía, se han robado el futuro
Lloralo, al que nunca vendrá
No habrá a quién dejarle tu nombre
pero deja en alto una voz que arde
No habrá a quién dejarle tu nombre
pero deja en alto una voz que arde.
Letra: Nancy Portocarrero y María Pretiz
Madre, estás cansada de promesas, Madre estás enferma de esperar
con las venas secas, y un desierto en tu mirada perdida
¿Quién te ha ensuciado las entrañas? ¿Quién ha desnudadoa así tu piel?
¿Qué mayor traición que la del hijo puede haber? Ay,
Madre, Madre Tierra, despilfarro de tu sangre
Madre, Madre Tierra, en las líneas de tu mano
se dibuja la advertencia final, la final.
Un viento tranquilo se mecía sobre un mar azúl
y un bosque profundo elevaba al cielo tu canción de verdes.
Dentro de este enjambre de ciudades, ansias de poder sin previsión
cómo si tu lenta agonía no fuera también nuestra.
Madre, sos la única cobija, Madre sos el único hogar
sin tu voz no existe esperanza que cuidar, ay,
Madre, Madre tierra...
Corre, niño, no mires atrás, que el viento sopla a tus espaldas.
y a lo lejos se oyen truenos en señal de la tormenta
Niño, agua de sal, niño agua del pozo de mi río, mira
que las hojas tiemblan por caer, y el tiempo no te esperará.
Toma de mis fuerzas, toma la madera que te sirva de mi barco, y
vuelvete fragancia, vuelvete metal, y no te vuelvas a mirarme
Niño, agua de sal, niño, agua del pozo de mi río, mira
que en el puerto el barco está seguro, pero es para navegar.
Niño, en la ladera de ese monte habrá agua
Toma, toma distancia desde antes de que salga el sol
Te amanecerá, te amanecerá, te amanecerá en el camino
Te amanecerá, te amanecerá, te amanecerá en el camino.
Corre, niño, llevate si acaso, un puñado de tu tierra
que en el aire hay plomo, y la libertad anda de luto entre las cenizas
Niño, agua de sal, niño, agua del pozo de mi río, mira
que las hojas tiemblan por caer, y el tiempo no te esperará.
No me he sentado a pensar en voz alta
No me he sentado a pensar en vos
Demasiado arriesgado,
como un verso atrapado en jaula de precauciones
Pero hoy me tienta la canción de tu risa
Me tienta un rayo de luz
que se cuela atrevido, esperando un descuido leve
para estallar en sol.
Y un día de estos, te escribo una canción
Tal vez sea tiempo de desatar cadenas en el alma
Por pasos en falso, da miedo la ilusión
de pensarte más allá de hoy
de soñarte más allá de hoy.
Borráme el miedo de esta frente necia
Encandiláme de fé
porque se hace preciso algún tipo de hechizo extraño
para volver, volver a creer
Y un día de estos, te escribo una canción
Tal vez sea tiempo de desatar cadenas en el alma
Por pasos en falso, da miedo la ilusión
de pensarte más allá de hoy, de soñarte más allá de hoy
de pensarte más allá de hoy, de esperarte más allá de hoy.
Juega, tráiganse la apuesta a la vida, vidrio contra hierro
Carne, pluma y sentimientos repetidos, vidrio contra hierro
Sigues, vas en dirección desconocida, buscas un sentido
Tiras tierra en los ojos de la muerte, tiras agua al río
Y en un momento el amor nos da campo para jugar
Es tener sed y no memoria, es arriesgarse a darle rojo al día
Es la tragedia, y es la euforia de nuestro plazo y nuestra fantasía
Es la belleza de la cobra, la sutileza de su encanto
Es la tragedia, y es la euforia de nuestro plazo y nuestra rebeldía.
Ronda, un murmullo va por tus pasillos, algo que te nombra
Ritos, cajas que se estrellan en las piedras, peso que te sobra
Duerme quieta en un rincón la cobardía; vive, pero duerme
Subes, buscas mantener un equilibrio; esta cuerda floja
Y en un momento el amor nos da campo para jugar
Es tener sed y no memoria...
Aquí estoy, noche cerrada
presa de tu compañía
Vienes sin ser invitada
Yo, yo te conozco bien
Dama gris, alta y callada
Vestido largo de insomnio
Aquí estoy, fría y renuente
No tengo, no tengo a donde huír.
Y me llevas despacito a caminar
por rincones escondidos de mi alma
por pendientes que pansaba no bajar
y me encuentro con que al fondo
hay un lago quieto y hondo
que me mira y me refleja
sin cosméticos disfraces
que me mira y me desnuda al mirar.
Así estoy, noche cerrada
Tomame por la cintura
ya que soy frágil y fuerte
Tu, tu me conoces bien.
Y te vas como llegaste
quieta, callada, sincera
Dejame la puerta abierta
para, para el amanecer
Ay, dejame la puerta abierta
para, para el amanecer.