Estimados vecinos, andamos recogiendo chatarra
Como latas viejas
Ollas, planchas, pedazos de canoa, bicicletas
Alambre de cobre, varilla
Refrigeradoras, pedazos de hierro, microondas
Baterías en mal estado
Y todo lo que usted no le sirva en metales
A nosotros nos sirve para fundir
Gracias.
Estimados vecinos, ayúdenme a decidir
Cuánto se bota, cuánto se guarda
Cuáles caminos clausurar, cuáles siguen transitablesv
¿ Y qué de todo esto es reciclable?
Mis baterías en mal estado ¿podrían fundir ustedes en metales?
Entre las grietas de lo quebrado a veces se vislumbra claridad
Muy presentes vecinos, ayúdenme a distinguir ¿
Cuánto es privado, qué es colectivo?
Si en ventanas expuestas buscamos comunidad
¿O solo generamos contenido?
No hay líneas rectas, ni rutas exactas:
si avanzo, es lentamente en espirales
Nadie está exento de sus heridas, y
los daños suelen ser colaterales
Estimados vecinos, tengo una plancha que ya no uso
Unos cuchillos sin filo, varios poemas inconclusos
Unas ollas quemadas, y obsoletas premisas
Quitándome espacio en las repisas.
Mis pendientes vecinos, podríamos empezar
Con que me arranquen todas las rejas
Son metal de primera, y aunque quede vulnerable
La vista, al fin, sería insuperable.
Casa por cárcel, cárceles casa
tesoros que nos pesan como anclas
Cuánta agua pura, incuestionable
Despide olores fuertes si se estanca?
Estimados vecinos, ayúdenme a decidir
Cuánto se bota, qué es reciclable
Entre las grietas de lo quebrado
A veces se vislumbra claridad.
Si lo primero que uno mira es lo que falta
Lo segundo que uno mira es lo que no
Ojos inmensos, que han pasado por el fuego
Marcas en la espalda, perdedor de un juego en el que
No escogiste ni las cartas ni los dados
Donde todo lo apostado se perdió
Busco maneras de encontrarte en la palabra que faltó
Código morse para captar tu luz o tu oscuridad
Tu forma de darme
Señales de humo, limón con sal, tu amargo miedo a confiar
O a necesitarme
Que hay quienes ladran por no llorar, no corren por voluntad
Detrás de una bola
Te quiero bien y te entiendo mal, mi sol y mi temporal
Mi perro sin cola.
Si hay un silbato exclusivo a tus oídos
Si no encierras tu ladrido en un bozal
Suelta correa, que tus ganas de correr
Vuelven a nacer, solo o conmigo, que yo
No pido más que una intención bien definida
Que tu herida no te apague la canción
Busco maneras de encontrar, sin tu palabra, tu razón
Código morse para captar tu luz o tu oscuridad
Tu forma de darme
Señales de humo, limón con sal, tu amargo miedo a confiar
O a necesitarme
Que hay quienes ladran por no llorar, no corren por voluntad
Detrás de una bola
Te quiero bien y te entiendo mal, mi sol y mi temporal
Mi perro sin cola.
Tengo piezas sueltas que no sé para qué son
Mis llaves no tienen copia
No vengo con cartas de recomendación
Ni indicaciones a pie de página
Soy toda mi historia, y a la vez ya no lo soy
Mis células todas son otras
Tengo la costumbre de olvidar
Si recordar me vuelve loca
Lávame a mano; eso me gusta
No hay garantías, pero muy poco me asusta
No contengo gluten ni un exceso de sal.
Sí contengo cosas que te pueden hacer mal
Mi puerta solo se abre por dentro
mi mapa solo lo entiendo yo
Mi clave requiere tres contraseñas
Mi calma ya no depende de vos, ya no depende de vos.
Ya no depende de vos.
Se me quiebra la voz, se corta la secuencia
¿Cómo evitar mi programada obsolescencia?
Me sudan las manos, me sube la presión
Me apago de inmediato ante el exceso de tensión
Tengo un voltaje irregular, irreverente
Corto circuitos de dudas permanentes
Cada vez más altos los costos de mantenimiento
Quiero demasiado y se lo lleva el viento
Vengo sin salidas de emergencia, sin bote salvavidas
Vengo sin paracaídas
Puedo ser dulce, puedo estar quieta
Pero alzo fuego en situaciones que aprietan
Odio lo trillado y no intento convencer
Entra por el techo si me quieres sorprender
Mi puerta solo se abre por dentro
mi mapa solo lo entiendo yo
Mi clave requiere tres contraseñas
Mi calma ya no depende de vos, ya no depende de vos.
Ya no depende de vos.
Al revés de esta página rayada
y al dorso de todo lo que sé
por debajo y detrás de lo dicho y defendido
hay silencio
más allá de los podios y las poses
las palabras gastadas, el disfraz
lo que queda después de esa fácil simetría
es silencio
lo que calla entre frases predecibles
lo que otorga el que calla de verdad
indecible, profundo, inmedible, como el mar
que si no dices nada, es más que cierto
lo peor puede ser conjeturar
o asignarle al silencio lo que quiero escuchar
lo que falta y no queda registrado
lo que omiten las actas y el papel
lo que ocupa un espacio incómodo y veraz
es silencio
tu silencio y el mío entrelazados
cara y cruz de algún ángel que pasó
como cómplices, como amordazados
como manos del reloj
lo que callo entre frases predecibles
lo que otorgas, si callas de verdad
indecible, profundo, inmedible, como el mar
que si no digo nada, es más que cierto
lo peor puede ser conjeturar
o asignarle al silencio lo que quieres escuchar.
Lázaro se llamaba, y era verde
Zapatería Lázaro, en la esquina del higuerón
Iba con mi mamá a cambiar de suelas
Tiempos aquellos en que a las cosas les buscabas reparación
Nunca sabré por qué fracasó el negocio
Pasó a ser cerrajería, y luego un templo Pentecostal
No hubo siquiera que cambiarle el nombre
Lázaro el templo, Lázaro el hombre, Lázaro piel de mi ciudad
Que seguís allí, en la esquina de siempre
te han cambiado el color, la fachada y las rejas, pero ahí estás
desde que recuerdo, Lázaro presente
desde que tu barrio cambió de prestigio de nombre y de gente
Y seguís allí, pero has cambiado tanto que ya no sé
Si pasar a tatuarme, o a tomar café
O a comprarme flores, Lázaro no llores si
a tu ciudad solo le quedan las esquinas
que tampoco yo me reconozco en sus vitrinas.
Lázaro, el local de las fotocopias; Lázaro, un estuche para tu celular
Lázaro, ropa íntima Colombiana
Fin de semana, tiempos aquellos, en nuestro Lázaro’s Bar
Sigues siendo una cáscara de madera
Cierran con estridencia tu cortina de metal
Vienen el otro martes a derribarte
Hay que abrir campo para la pista, modernizarnos a toda costa
Tu último dueño pide limosna en el semáforo
Vengo a despedirme, a la esquina de siempre…
…o a comprarme flores, Lázaro no llores
cuando a tu ciudad, ya ni le queden las esquinas
que tampoco yo me reconozco en sus vitrinas.
Querer la luz
Aunque te exponga las costuras
Todas tus marcas, cicatrices y suturas
Quererla Aún cuando te queme su franqueza.
Querer la luz
Como se quiere a un perro bueno
Su inocencia, su insistencia en levantarte
de la cama
A enfrentar, de algún modo
otra mañana.
Querer la luz
Aunque te obligue a ver
Lo que te empeñas tanto en esconder
Querer la luz
Para dejar de tropezarte
Quererla,
como se quiere a quien te estorba por amarte.
Querer la luz
Aunque no tenga un currículum confiable
Y se diluyan sus promesas en el aire
quererla
Cuando anochece y solo queda su recuerdo.
Querer la luz
Aunque seduzca ese abismo
Cuando el día y la noche sean lo mismo
Quererla
Vida que insiste, necia mi luzv
La que persiste.
Querer la luz
Aunque te obligue a ver
Lo que te empeñas tanto en esconder
Querer la luz
Para dejar de tropezarte
Quererla,
como se quiere a quien te estorba por amarte.